Probando la ecuación de color perfecta de Wella

Cuántas veces nos ha pasado que queremos cambiar de color de pelo y no han dado con el color adecuado. Hemos salido de la peluquería con un color que no nos iba para nada y con el que no nos sentíamos a gusto. Vamos, para llorar.

Un buen peluquero tiene que hacer las veces de estilista. Para dar con nuestro color adecuado, deberá estudiarnos previamente y fijarse en nuestros ojos, piel y estilo para lograr el color que mejor se adapte a nuestra imagen, independiente de modas.

Un buen color de pelo nos va a cambiar la imagen totalmente: ayuda a contrarrestar, neutralizar y equilibrar el tono de la piel y potencia nuestras características que más destacan como son los ojos.

Es cuando nos han dado el color adecuado que nuestra piel resplandece, notas un cambio en tu cara y te sientes en forma. Nos aporta seguridad y felicidad.

Wella ha descubierto la ecuación de color gracias a cosas que los coloristas llevaban años sabiendo gracias a su experiencia. Han encontrado la fórmula del color perfecta y así fue mi experiencia con ella en la peluquería Hairkrone (Lagasca, 90 Madrid).

La ecuación del color perfecta se consigue logrando un equilibrio entre el color de ojos, el tono de la piel y el matiz de color de cabello ideal. Es un equilibrio entre tonos cálidos y fríos con el objetivo de sacarnos el máximo partido y potenciar nuestras características físicas.
Parece sencillo, pero no si el colorista no es bueno no va a dar con el color adecuado.
Un buen colorista debe fijarse en tu tipo de piel y el color de tus ojos.

Piel:
Si tienes la piel cálida, te bronceas con facilidad y no te quemas, tienen un nivel elevado de melanina (el pigmento que dota a la piel de su color) es posible que tu piel tenga matices entre amarillos y oliva (se ve amarilla o dorada).

Si las venas de tus muñecas son verdosas, tu tonalidad es cálida y está en el abanico de los amarillos.

Si tienes la piel fría, te quemas al sol y que te bronceas poco y tus niveles de melanina son bajos, tu piel tiene matices rosas, rojo-azulados o rojizos más fríos.

Son pieles que tienden a tener rojeces y su tono es rosáceo o beige.

Si las venas de tus muñecas son azules o púrpura, tu tonalidad es fría y está en el abanico de los azules.

Ojos:
Los de tonalidades frías son azules, verdes o grises mientras que los de tonalidades cálidas son negros o miel. Los ojos castaños, pueden ser cálidos o fríos.

Una vez determinadas tus tonalidades cálidas y/o frías surge la ecuación del color:

Es decir, que unos ojos y piel cálidas necesitarán un tono de cabello frío.
En cambio, si tienes los ojos y piel fríos, tu color serán cálido. Aunque es una ecuación con matices.
Si buscas un look suave tienes que optar por colores armoniosos: color de pelo cálido que iguala la piel y ojos cálidos.
Si quieres conseguir un look más rompedor que llame la atención, hay que introducir un único elemento de color en el pelo de tonalidad fría o cálida para contrastar con las dos características faciales clave. Así, el tono de los ojos parece más intenso y destacarán más.

Por ejemplo, la cantante Gwen Stefani tiene un look impactante formado por sus ojos cálidos, su tono de piel cálida y la tonalidad fría de su pelo.

Su fórmula sería CÁLIDO + CÁLIDO = FRÍO.

Karen Elson sería lo opuesto: un color de pelo muy cálido, un tono de piel frío y ojos también de tonalidad fría. FRÍO + FRÍO = CÁLIDO.

Mi experiencia:

Mi ojos verdes fríos y mi tono de piel frío hacen que mi tono de pelo ideal sea cálido aunque admite también admite tonos fríos. A veces me he tirado a por los fríos con castaños pero me gusta dar algo luz a mi cabello y me gusta darle reflejos dorados.
Tengo el pelo normal con los medios a puntas secas y lo que quería era retocar las raíces y mejorar el color ya que con el tiempo los reflejos dorados pierden el color. No quería decolorarlo para no castigarlo más.

Para la coloración me aplicaron Ilumina Color de Wella en las raíces con pigmento base neutro para tapar las canas mezclado con color frío porque el resto del color de mi cabello es cálido por las mechas.

En el resto del cabello me pusieron Cellophanes de Sebastian color Champagne Blonde que aporta brillo, rectifica el color y quita el indeseado (el mío ya se veía anaranjado) y aporta proteínas para cimentarlo y dejarlo más fuerte. No contiene oxidante.

El producto debe ir con calor para que abra la cutícula y penetre en el cabello. Para ello me aplicaron 20 minutos de calor.

Y por último, un tratamiento para después del color que fija el color aplicado y sella la cutícula: champú y mascarilla Color Save y una ampolla Infusion Hydrate todo de Wella.

Mi pelo necesitaba hidratación y proteína y eso fue lo que me aportó este tratamiento. Se veía más hidratado, grueso y muy sedoso.

Y después de la coloración este fue el resultado. ¿Qué os parece?